Número 8
Si como advierte en una de sus odas Fernando Pessoa (o Ricardo Reis), hay que escoger de lo que fuimos lo mejor para el recuerdo, estoy convencido de que lo mejor de mí mismo aún está por llegar. Hace algo más de tres meses que está llegando, vaya.
Vale que Ricardo Reis tal vez sea el más nihilista —”porque nada somos. No esperemos nada ”— de los heterónimos galácticos de Pessoa y que por eso mismo no sea buen ejemplo a la hora de ilustrar paternidades, pero la oda 26 a la que me refiero es una de las dos excepciones que se encuentran en sus poemas (aquí os muestro la segunda1).
Decía que estoy convencido de que lo mejor de mí mismo aún está por llegar porque ahora es Lea quien me mira. No es solo una expresión: ahora es domingo y son las 7:40 h. de la mañana, ella ya se ha despertado y está en su hamaca, en el despacho, con su pijama de colores, parlotea mientras me ve aporrear el teclado con estas palabras y me observa, diría que con cierta curiosidad. Cuando me detengo para mirarla, me sonríe y yo le sonrío a la vez: estoy escribiendo esto con una sonrisa en los labios que durará toda la mañana del domingo. Si supiera bailar y cantar, esto podría acabar como uno de los números musicales de la serie Glee.
A lo largo de la vida hay diferentes testigos de quiénes somos en cada instante: los primeros son los padres (pero su amor es incondicional) y luego hay otros, los compañeros de juego en el patio, las primeras novias o novios, el grupo de amigos con el que das el salto de la adolescencia a la madurez, los jefes o jefas de todos tus trabajos, tu gestor a la hora de hacer cada año la declaración de la renta… Lo dice mucho mejor Agustín Fernández Mallo en su nuevo ensayo, La mirada imposible (Ed. Wunderkammer): nuestra identidad no es una autoconstrucción, sino el producto de lo que los demás ven y dicen de nosotros.
Si me pongo a lo Borges, Lea es mi hacedora principal: es ante su mirada que siento por primera vez un motivo importante para tratar de sacar lo mejor que hay en mí. Si soy capaz de hacer un acompañamiento vocal al saxofón de John Coltrane es porque a ella le gusta la balada Say It (Over And Over Again), por ejemplo. Y así todas las demás cosas, también las menos importantes, como que intento ser menos gruñón o que estoy aprendiendo a tener más paciencia o que he desconectado el botón nuclear que siempre estaba dispuesto a apretar en cualquier situación límite.
Sé que todos estos detalles acabarán por servir a Lea para hacerse un retrato de quién es su padre: al principio seguramente serán unos garabatos de colores improvisados en una hoja suelta, cuatro rasgos, una especie de caricatura sin malicia. Pero con el tiempo, podrá hacer retratos con mayor precisión y eso sí ya es una responsabilidad suprema. También muy feliz, porque es una oportunidad más para que el día de mañana cuente solo lo mejor que supe dar (le).
💻 Las redes
Pon cuanto eres en lo mínimo que hagas, eso es lo que hace este pediatra (en realidad, superhéroe). Estamos en la fase vacunas con Lea y no hay una en la que no lo pase mal. No me extraña: que te desnuden por completo, te toquen una manos frías y desconocidas, te agarren las extremidades y te den un pinchazo no tiene nada que ver con la magia que hace este hombre. El tuit forma parte de un hermoso hilo que escribió Miguel A. Rodríguez sobre cómo cambian las cosas cuando pones un poco (o mucho) de corazón en lo que haces.
📚 El libro
De la complejidad de la vida, de eso va Poeta chileno, la penúltima novela de Alejandro Zambra. Es la historia de Vicente (hijo de la solitaria Carla) y de Gonzalo y de Pru y de la poesía chilena. El primero, empieza siendo un niño adicto a la comida de gatos y acaba como un proyecto de detective salvaje. El segundo, comienza como un poetastro y acaba como profesor universitario. Lo importante es la relación que se establece entre ellos: de padrastro e hijastro; pero, sobre todo, una relación que crece a partir de los errores y aciertos en los que cualquier padre biológico puede incurrir. Hay mucho de las inquietudes acerca de la paternidad en Gonzalo.
🎶 La canción
“We can be heroes, just for one day”, así me siento cada vez que Lea me mira cuando busco hacerle reír.
🎞️ La película
La relación entre padres e hijos puede ser compleja. Tim Burton se encargó de dirigir la adaptación de la novela de Daniel Wallace y dio luz con Big Fish a una bella historia sobre la construcción que todo hijo hace acerca de quién es su padre (y su madre). Es de esas pelis que puedes ver un millón de veces seguidas y al acabar siempre te entran ganas de llamar a tu padre para preguntarle qué tal está y cómo le van las cosas.
El segundo desliz de Ricardo Reis es un verso que se ha convertido en mi guía: “Sé todo en casa cosa. Pon cuanto eres en lo mínimo que hagas ”: como esta newsletter.
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¡Nos leemos en quince días de nuevo!
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